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Caperucita roja (Red riding hood de Catherine Hardwick)

El famoso cuento de Caperucita Roja

Probablemente uno de los cuentos más extendidos y traducidos a un mayor numero de idiomas sea el de Caperucita. La versión que más aceptación tiene, y la mas conocida por los niños es la de los hermanos Grimm, pero lo que no todo el mundo sabe es que esta no fue la primera de ellas. Caperucita roja se trataba de un cuento popular, que se transmitía de boca a boca, y el primero que transcribió la leyenda (cambiando alguna cosita) no fue otro que Perrault, la mayor diferencia con la versión de los Grimm es que su moraleja no iba dirigida a los niños.

Podemos comparar las dos historias:

CAPERUCITA ROJA (LOS HERMANOS GRIMM)
Erase una vez una pequeña y dulce muchachita, que en cuanto se la veía se la amaba, pero sobre todo la quería su abuela, que no sabia que darle a la niña. Un buen día le regaló una caperucita de terciopelo rojo, y como le sentaba muy bien y no quería llevar otra cosa, la llamaron «Caperucita roja». Un día la madre le dijo:
-Ven, Caperucita, aquí tienes un pedazo de pastel y una botella de vino; llevaselo a la abuela, que está enferma y débil, y se sentirá aliviada con esto. Prepárate antes de que haga mucho calor, y cuando salgas ve con cuidado y no te apartes del sendero, si no, te caerás y romperás la botella, y la abuela se quedara sin nada. Y cuando llegues no te olvides de darle los buenos días, y no te pongas a curiosear antes por todas las esquinas.
-Lo hare todo bien -dijo Caperucita a su madre, y le dio la mano a continuación.

La abuela vivía muy dentro del bosque, a una media hora de distancia del pueblo. Cuando Caperucita llegó al bosque, se tropezó con el lobo. Pero Caperucita, que aun no sabia lo mal bicho que es el lobo, no tuvo miedo de él.
-Buenos días Caperucita Roja -dijo él
-Muchas gracias, lobo.
-¿Adonde tan temprano, Caperucita?
-A ver a la abuela.
-¿Que llevas debajo del delantal?
-Pastel y vino. Ayer lo hicimos. Con esto la abuela, que esta algo débil, se alimentará y se fortalecerá.
-Caperucita, ¿donde vive tu abuela?
-Todavia a un buen cuarto de hora andando por el bosque. Debajo de tres grandes encinas está su casa; abajo están los setos del nogal, como sabrás.

El lobo pensaba para si: «Esta joven y tierna presa es un dulce bocado y sabrá mucho mejor que la vieja; tengo que hacerlo bien desde el principio para cazar a las dos». Siguió andando un rato junto a Caperucita Roja y luego dijo:
-Caperucita, mira las hermosas flores que están alrededor de ti, ¿por que no echas una ojeada a tu alrededor? Creo que no te fijas en lo bien que cantan los pajarillos. Vas como si fueras a la escuela y aquí en el bosque es todo tan divertido…

Caperucita Roja abrió los ojos y cuando vio como los rayos del sol bailaban de un lado a otro a través de los arboles y como todo estaba tan lleno de flores, pensó: «Si le llevo a la abuela un ramo de flores, se alegrará; aun es pronto y podre llegar a tiempo».

Y se desvió del sendero, adentrándose en el bosque para coger flores. Cogió una y, pensando que más adentro las habría más hermosas, cada vez se internaba más en el bosque. El lobo, en cambio, se fue directamente a casa de la abuela y llamó a la puerta:
-¿Quien es?
-Caperucita Roja, traigo pastel y vino. Abreme.
-¡Mueve el picaporte! -grito la abuela – Estoy muy débil y no puedo levantarme.

El lobo movió el picaporte, la puerta se abrió y él, sin decir una palabra, fue directamente a la cama de la abuela y se la tragó. Luego se puso sus vestidos y su cofia, se metió en la cama y corrió las cortinas.

Entre tanto Caperucita Roja había seguido buscando flores y cuando ya había recogido tantas que no las podía llevar, se acordó de nuevo de la abuela y se puso de nuevo en camino de su casa. Se asombro de que la puerta estuviera abierta y, cuando entro en la habitación, se encontró incomoda y pensó: «Dios mio, que miedo tengo hoy, cuando por lo general me gusta estar tanto con la abuela». Exclamo:
-Buenos dias -pero no recibió contestación.

Luego fue a la cama y descorrió las cortinas, allí estaba la abuela con la cofia tapándole la cara, pero tenia una pinta extraña.
-¡Ay, abuela, que orejas tan grandes tienes!
-Para oirte mejor.
-¡Ay, abuela, que ojos tan grandes tienes!
-Para verte mejor.
-¡Ay, abuela, que manos tan grandes tienes!
-Para cogerte mejor.
-¡Ay, abuela, que boca tan enormemente grande tienes!
-Para devorarte mejor.

Apenas había dicho esto, el lobo saltó de la cama y se zampó a la pobre Caperucita Roja.
Después de que el lobo hubo saciado su apetito, se metió de nuevo en la cama, se durmió y comenzó a roncar con todas sus fuerzas. El cazador, que pasaba en ese momento por la casa pensó: «Como ronca la anciana; tendrías que ir a ver si necesita algo.» Y cuando entró en la habitación y se acercó hasta la cama, vio que el lobo estaba dentro:
-¡Ah, estas aquí viejo pecador! -dijo él – ¡Tanto tiempo como llevo buscándote!

Entonces quiso cargar su escopeta, pero pensó que el lobo podía haber devorado a la abuela, y a lo mejor aun se la podía salvar, así que no disparó, sino que cogió las tijeras y comenzó a rajar al lobo la barriga. Cuando había dado unos cuantos cortes, salio la muchacha y dijo:
-¡Huy que susto tenia! En la barriga del lobo estaba todo muy oscuro.

Y luego salio la abuela también viva, aunque casi no podía respirar. Caperucita cogió rápidamente unas piedras, con las que llenaron la barriga al lobo. Cuando este despertó, quiso irse saltando, pero las piedras eran tan pesadas que se calló y murió.

A consecuencia de esto estaban los tres muy felices. El cazador le quitó al lobo la piel y se la llevó a casa; la abuela se comió el pastel y bebió el vino que había traído Caperucita Roja y se recuperó de nuevo. Caperucita Roja pensó: «Ya no te volverás a desviar en toda tu vida del camino, si tu madre te lo ha prohibido.»

Se cuenta también que, una vez, Caperucita Roja le llevó de nuevo a la abuela pastas, y otro lobo le habló y la quiso desviar del camino. Caperucita Roja se guardó de hacerlo y siguió directamente su camino, y le dijo a la abuela que se había encontrado con el lobo, que le había dado los buenos días, pero que la había mirado con tan malos ojos, que si no hubiera estado en lugar público, la hubiera devorado.
-Ven -Dijo la abuela – Vamos a cerrar la puerta para que no pueda entrar.

Poco después llamó el lobo y gritó:
-¡Abre, abuela, soy Caperucita Roja y te traigo pastas!

Ellas permanecieron en silencio y no abrieron la puerta. El cabeza gris dío varias vueltas alrededor de la casa, finalmente saltó al tejado y quiso esperar hasta que Caperucita Roja se fuera por la noche a casa; entonces él la seguiría y se la zamparía en la oscuridad. Pero la abuela se dio cuenta de lo que le rondaba por la cabeza. Ante la casa había una gran artesa de piedra, y le dijo a la niña:
-Coge el cubo, Caperucita; ayer cocí salchichas, trae el agua en la que las he cocido y echalo en la artesa.

Caperucita Roja trajo agua hasta que la gran artesa estuvo llena. Luego empezó el olor de las salchichas a llegarle a la nariz al lobo, olisqueó, miró hacia abajo, y finalmente estiró tanto el cuello, que no pudo sujetarse más y comenzó a resbalar, de modo que se cayó del tejado precisamente dentro de la artesa y se ahogó. Caperucita Roja se fue feliz a casa y nadie le hizo daño.

EL PEQUEÑO CHAPERON ROJO (CHARLES PERRAULT)
Había una vez una niñita en un pueblo, la más bonita que jamás se hubiera visto; su madre estaba enloquecida con ella y su abuela mucho más todavía. Esta buena mujer le había mandado hacer una caperucita roja y le sentaba tan bien que todos la llamaban Caperucita Roja. Un día su madre, habiendo cocinado unas tortas, le dijo:
-Anda a ver como esta tu abuela, pues me dicen que ha estado enferma; llévale una torta y este tarrito de mantequilla.

Caperucita Roja partió en seguida a ver a su abuela que vivía en otro pueblo. Al pasar por un bosque, se encontró con el compadre lobo, que tuvo muchas ganas de comérsela, pero no se atrevió porque unos leñadores andaban por ahí cerca. El le preguntó a donde iba. La pobre niña, que no sabia que era peligroso detenerse a hablar con el lobo, le dijo:
-Voy a ver a mi abuela, y le llevo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.
-¿Vive mu lejos? -Le dijo el lobo.
-¡Oh, si! -Dijo Caperucita Roja -Más allá del molino que se ve allá lejos, en la primera casita del pueblo.
-Pues bien -dijo el lobo -Yo también quiero ir a verla; yo iré por este camino, y tu por aquel, y veremos quien llega primero.

El lobo partió corriendo a toda velocidad por el camino que era más corto y la niña se fue por el más largo entreteniéndose en coger avellanas, en correr tras las mariposas y en hacer ramos de florecillas que encontraba. Poco tardó el lobo en llegar a casa de la abuela; golpea: Toc, toc.
-¿Quien es?
-Es su nieta Caperucita Roja -dijo el lobo, disfrazando la voz- Le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía. La cándida abuela, que estaba en cama porque no se sentía bien, le gritó:
-Tira de la aldaba y el cerrojo caera.
El lobo tiro de la aldaba, y la puerta se abrió. Se abalanzó sobre la buena mujer y la devoro en un santiamén, pues hacía más de tres días que no comía. En seguida cerro la puerta y fue a acostarse en el lecho de la abuela, esperando a Caperucita Roja quien, un rato después, llegó a golpear la puerta: Toc, toc.
-¿Quien es?

Caperucita Roja, al oír la ronca voz del lobo, primero se asustó, pero creyendo que su abuela estaba resfriada, contestó:
-Es su nieta, Caperucita Roja, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.

El lobo le gritó, suavizando un poco la voz:
-Tira de la aldaba y el cerrojo caera

Caperucita Roja tiró de la aldaba y la puerta se abrió. Viéndola entrar, el lobo le dijo, mientras se escondía en la cama bajo la frazada:
-Deja la torta y el tarrito de mantequilla en la repisa y ven a acostarte conmigo.

Caperucita Roja se desviste y se mete a la cama y quedó muy asombrada al ver la forma de su abuela en camisa de dormir. Ella le dijo:
-Abuela, ¡que brazos tan grandes tiene!
-Es para abrazarte mejor, hija mía.
-Abuela, ¡que piernas tan grandes tiene!
-Es para correr mejor, hija mía.
-Abuela, ¡que orejas tan grandes tiene!
-Es para oírte mejor, hija mía.
-Abuela, ¡que ojos tan grandes tiene!
-Es para verte mejor, hija mía.
-Abuela, ¡que dientes tan grandes tiene!
-¡Para comerte mejor!
Y diciendo estas palabras, este lobo malo se avalanzó sobre Caperucita Roja y se la comió.

MORALEJA
Aquí vemos que la adolescencia, en especial las señoritas, bien hechas, amables y bonitas no deben a cualquiera oír con complacencia, y no resulta causa de extrañeza ver que muchas del lobo son presa. Y digo el lobo, pues bajo su envoltura no todos son de igual calaña:
Los hay con no poca maña, silenciosos, sin odio ni amargura, que en secreto, pacientes, con dulzura van a la siga de las damiselas hasta las casas y en callejuelas; mas, bien sabemos que los zalameros entre todos los lobos ¡Ay! son los mas fieros.

REFLEXION

Quizás la primera y más importante diferencia que encontramos es que en la versión de Perrault el final no es feliz, puesto que el lobo acaba comiéndose a Caperucita. Además, al acabar el cuento, Perrault nos añade una moraleja de la que podríamos decir que es más bien una advertencia lanzada a las jovencitas de la época (aunque esta advertencia es atemporal) sobre los hombres de labia y palabrería fácil que lo único que quieren es llevárselas a la cama (en realidad en el cuento solo falta que caperucita le diga al lobo «que p*** más grande tienes»). Seguramente por esta razón Caperucita se haya convertido en la actualidad en un mito sexual (rollo campanilla) y sea uno de los disfraces sexys más cotizado entre las mujeres.

Disfraz sexy Caperucita Roja (Delante)

Disfraz sexy Caperucita Roja (Por detrás)

Mónica Belucci disfrazada de Caperucita Roja

Caperucita Roja como símbolo sexual

Por parte de la versión Grimm podemos ver que es totalmente light. El lobo, acaba muerto tras la ayuda de un cazador, la abuela y Caperucita son rescatadas, y aunque los Grimm no nos dejan moraleja, se puede deducir que la moraleja es «no hables con extraños», que es lo que normalmente se les dice a los niños para que tengan cuidado con la gente que no conocen, y que son principalmente los destinatarios del cuento.

Pero no son estas las únicas versiones que se han hecho sobre caperucita, ya que se trata de un cuento popular de gran calado.

Por ejemplo recuerdo un chiste verdecillo que dice así:
Va caperucita tan bonita y tan linda caminando por el bosque y recogiendo florecillas. En un momento dado se encuentra con el lobo que muy melosamente le dice:
-Caperucita, Caperucita ¿donde vas tú tan bonita?
Y caperucita la contesta con voz ronca:
-¡VOY AL RIO A LAVARME EL COÑO!

Jajaja, no es muy bueno pero bien contado puede hacer mucha gracia.

CAPERUCITA ROJA EN EL COMIC

Siguiendo con aprovechar la sexualidad de Caperucita Roja, me he puesto a buscar cómics de nuestra particular heroína.

En el primero de ellos encontramos una Caperucita sexy y un poco más sangrienta de lo habitual, en la serie de cómics Grimm Fairy Tales (aparte de Caperucita, en la serie podemos encontrar otros cómics como Blancanieves o Hansel y Gretel).

Portada del cómic de la serie Grimm Fairy Tales dedicado a Caperucita Roja

En el Grimm Fairy Tales dedicado a Caperucita podemos ver una Caperucita más sangrienta

El segundo de los cómics que he encontrado explota más la eroticidad de Caperucita, transformando la historia en una novela gráfica hentai.

Portada de Caperucita Roja hentai

En Caperucita Roja hentai, la abuela recibe otro tipo de castigo

CAPERUCITA ROJA ILUSTRADA

De la misma manera que al cómic, Caperucita Roja a llegado a nosotros en cientos de ilustraciones diferentes. Una de las más exitosas han sido los grabados del famoso (probablemente el mejor) ilustrador Gustave Doré (ademas de Caperucita ha realizado otros trabajos tan magníficos y significativos como Don Quijote, La divina comedia o el Cuervo de Edgar Allan Poe).

Caperucita Roja conoce al lobo, según Gustave Doré

El lobo ataca a la abuela de Caperucita, según Gustave Doré

Caperucita se mete en la cama junto al lobo, según Gustave Doré

 

CAPERUCITA ROJA EN LA PUBLICIDAD
Recuerdo también un anuncio televisivo de Chanel nº5 (protagonizado por Estella Warren) en el que una guapa Caperucita cogía un frasco de perfume dentro de una estancia un tanto minimalista y acababa abandonándola mandándonos callar con el dedo.

Estella Warren como Caperucita Roja para la campaña publicitaria de Chanel nº5 del año 2005

 

CAPERUCITA ROJA EN EL CINE

RED RIDING HOOD (CATHERINE HARDWICK) 2011

 

 

Póster 1 de Red Riding Hood

Póster 2 de Red Riding Hood

Esta adaptación difiere bastante del cuento que conocemos, aunque tiene varios guiños como por ejemplo que la abuelita (que también vive apartada del pueblo) le regala el abrigo rojo con la capucha, o como cuando le llenan al lobo el estomago de piedras.

Valerie (nuestra Caperucita) es una niña (no tan niña) que crece en un pueblo atemorizado por un lobo. Desde hace muchos años, gracias a un pacto que consiste en dejarle un animal de ofrenda, el lobo ha dejado vivir en paz a todos los habitantes del pueblo. Todo transcurre con calma hasta que un día el lobo rompe el pacto asesinando a la hermana mayor de Valerie.

¡Que viene el lobo!

Fuera de la historia Crepusculo-Caperucita (si, además de un lobo, tambien hay un triangulo amoroso), Catherin Hardwick a hecho un gran trabajo en el apartado visual, sobre todo por el contraste del rojo del abrigo con el blanco de la nieve, pero también por la recreación del poblado y el nivel de detalle de la casa de la abuelita, por estas razones ya merece la pena verlo en alta definición, ademas de que si adquieres el bluray podrás disfrutar de un final alternativo distinto del que se pudo ver en los cines.

El contraste del rojo de la capa con el blanco de la nieve crea un interesantisimo efecto visual

Caperucita Roja con el blanco de la nieve

La ambientación de la casa de la abuelita está hecha a todo detalle

La abuelita hippie de Caperucita Roja

Otro gran acierto ha sido la elección de la modelo y actriz Amanda Seyfried (ademas de haberla visto en Mamma Mia! ha hecho varias apariciones televisivas) para el papel de Caperucita, que debe ser una mezcla de sensualidad e inocencia, y su fina cara con su tímida sonrisa nos da esa sensación.

Amanda Seyfried interpreta a Valerie, una particular Caperucita Roja

Amanda Seyfried tiene una imagen que mezcla sensualidad con inocencia, la perfecta Caperucita Roja

Además de actriz, Amanda Seyfried también es modelo

Amanda Seyfried sexy

 

 
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Publicado por en 3 noviembre, 2011 en Cine, Comic, Curiosidades

 

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